domingo, 24 de febrero de 2013

¿Qué elegimos? ¿El deber o el querer?

El fin último del hombre es la felicidad, dijo Aristóteles. Esta felicidad está enmarcada dentro del deber que cada ser humano tiene para si y para la sociedad con la que se relaciona. Aquello que no nos cause daño ni a nosotros ni a los demás. La pregunta que surge ahora es ¿de qué forma podemos encontrar la felicidad en manos de los límites que establece la moral? ¿Lo que debemos hacer es siempre lo que queremos hacer? Y si por ejemplo queremos tomar aquello que nos está prohibido, pero no debemos, ¿qué decisión tomaremos al respecto?. ¿Qué es lo que nos mueve a hacer las cosas? El querer o el hacer. ¿Qué nos hace verdaderamente felices?






La filosofía nos entrega pautas respecto de estas cuestiones y nos menciona la necesidad de limitar nuestros deseos en pro de lo que es bueno y bello. No todo lo que queremos nos está permitido. El hombre debe actuar sobre la base de la razón, la cual es fundamento de toda moralidad. Por lo tanto, nuestros actos están sujetos a nuestra capacidad de pensar de razonar, por lo que las consecuencias de nuestras decisiones puedan tener consecuencias tanto positivas como negativas para nuestra vida. La Biblia en este sentido nos habla al respecto y nos dice "...todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad." Filipenses 4:8




Pero ¿qué es lo bueno? ¿tal vez puedo establecer mis propios parametros de lo bueno, a modo de justificación, y entonces si puedo hacerlo porque es lo que quiero?




El querer muchas veces esta asociado a deseos, instintos y cuando mencionamos esta palabra inmediatamente se nos viene a la mente un sesgo de prohibido, entonces no queda otra cosa que aceptar el deber porque es lo que otros esperan de mi, lo cual implica actuar en función de otros. Cuando concluyo esto entonces no me cabe duda alguna que no me acerco para nada a la felicidad.




En esta encrucijada ¿querer o deber? esta implicito el ejercicio de la voluntad pero nuevamente nos damos cuenta que no podemos ejercer nuestra voluntad porque estamos condicionados a lo que supuestamente debemos hacer porque es correcto o mejor dicho aceptable pero cuando actuo de esta manera, soy un ser de apariencias, falso y ademas soy un infeliz

Sin embargo, esta experiencia del deber y el querer esta sujeta obviamente a cada individuo y debe tener cierta claridad acerca de lo que verdaderamente prima en su vida, no es lo mismo hablar según estas cuestiones de un cristiano, el cual, funda sus valores y convicciones a la luz de la imagen de Jesús, imagen que muestra una vida de constantes luchas para evadir las tentaciones y poder llevar una vida en armonía con Dios el Padre. Por otra parte, podemos hablar de un ser que funda su experiencia moral en sus propias convicciones, en un ser en que los valores son relativos y aplicables en cada caso según su conveniencia. Frente a lo anterior ¿cuál de los dos logrará alcanzar la felicidad?







Espero tus reflexiones y comentarios

El hombre del último tiempol



Estimado Alumnos de 4º Medio les invito a realizar un comentario después de la lectura de este texto del hombre del último tiempo. Recuerden que los alumnos rezagados deben comentar el texto, publicarlo, esperar mi réplica y volver a comentar. El plazo máximo para realizar los comentarios es hasta el martes 28 hasta las 19:00 horas.









El otro día pensaba en la situación del hombre de hoy. Miraba a mi alrededor y reconfirmaba lo que la biblia dice acreca de la condición del hombre en los últimos días, "amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos...", "...hombres con aspecto de piedad...", hombres que viven en función de sí mismos, tratando de mostrar una imagen, tratando de fijar las miradas hacia ellos mismos, con el sólo propósito de ser admirados, de ser sobrevalorados por la sociedad sin referentes sólidos que les permitan fundamentar su sentido de existencia en algo más valioso y duradero. El hombre del último tiempo desarrolla características del hombre post - guerra, del hombre que fué descrito por filósofos existencialistas que lo definen como un ser que lo único que debe hacer es construirse a sí mismo, eligiendose en cada caso, para establecer su escencia de hombre, para poder tener una definición que lo diferencie de todos quienes le rodean. Su "deber" es elegir o mejor dicho elegirse, pero dentro de esa elección puede ser que se equivoque, pueda ser que elija mal, por lo que esa facultad de elegirse a sí mismo resulta una condenación, como dijo Sartre "estamos condenados a ser libres". Esta situación lo lleva a vivir una vida angustiante, llena de incertidumbre, porque a su vez no depende de él solamente la vida que lleva, siempre estamos en función de un otro (otro hombre que puede hacer uso de mi vida y mi libertad) ¿Qué pasa por tu cabeza cuando lees estas líneas? ¿Crees que verdaderamente el hombre ha perdido el sentido de su propia existencia?
Las palabras en las Sagradas Escrituras no solo hacen una descripción del hombre del último tiempo, sino que hacen referencia al momento en que vive la humanidad, haciendo un llamado de atención para que estemos alerta a este tiempo, ya que la venida del Señor está muy cerca. La maldad crece a pasos agigantados, "...el amor de muchos se enfriará..." (Mateo 24:12). El hombre desarrolla una vida existencialmente agónica y desesperada, por lo que comienza a hundirse en la delicuencia y los vicios simplemente para aferrarse en algo. Mira a tu alrededor, enciende el televisor, mira los noticieros, la vida de las personas se ha convertido en una película de terror, donde los valores se han trastocado y los finales trágicos están a la orden del día. ¿Qué le espera al hombre? ¿Tiene razón el hombre de perder su sentido de la vida? Dios, a través de la Biblia ha predicho estas situaciones, pero no podemos olvidar sus promesas enmarcadas en el contexto del hombre actual; "y les daré otro corazón y pondré en ellos un nuevo espíritu:; quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne y les daré un corazón de carne". Además, el Señor no nos dejará solos, sino que nos promete que en estos episodios de nuestra vida Ël nos tenderá su mano misericordiosa (Mateo 11:28 - 30). ¿Es posible que estas promesas sustenten la vida de los hombres para darles sentido? o ¿Estas promesas son sólo conformismo de aprte de algunos para anestesiarnos acerca de tal condición del hombre actual? Estimados alumnos de 4º Medio espero sus comentarios hasta el 30 de Abril a favor o en contra de lo leído anteriormente. Espero extraigan citas de la reflexión anterior y den sus argumentos. Nos vemos